Qué y dónde comer en Santorini: Platos típicos y vistas increíbles

La gastronomía en Santorini es una de las grandes sorpresas del viaje. Aunque muchos van atraídos por las vistas y el azul del mar, la comida local merece su propio protagonismo. Desde productos frescos del mar hasta recetas tradicionales con productos autóctonos como la fava (puré de legumbre local) o los tomates cherry deshidratados, comer en la isla es un placer que va más allá del paladar.

Hay opciones para todos: desde tabernas familiares junto al acantilado, hasta restaurantes gourmet con terrazas que parecen suspendidas sobre el Egeo. Si buscas algo especial, una cena al atardecer con vistas a la caldera puede ser inolvidable, aunque no siempre barata.

¿Vale la pena? Sin duda. Por la calidad, por la frescura, por el entorno y por la conexión con la cultura griega. Comer bien en Santorini no es solo posible, es parte de la experiencia. Eso sí, como en toda zona turística, hay que saber elegir para evitar lugares de precio inflado y sabor olvidable.

Comer en Santorini fue un deleite para todos los sentidos. Recuerdo una cena en una terraza en Imerovigli: el cielo se tiñó de rosa mientras llegaban unos calamares a la plancha con un vino blanco local, fresco y aromático. Era imposible no sonreír.

Probé moussaka, fava, ensaladas con queso feta cremoso, pan de masa madre… Todo sencillo, sin pretensiones, pero lleno de sabor. En Oia comí el mejor gyros del viaje por menos de 5 €, en un local pequeño que me recomendó un taxista.

También hubo sorpresas no tan buenas: un restaurante muy turístico con vistas espectaculares pero comida insípida y factura alta. Ahí aprendí que, en Santorini, las mejores experiencias suelen venir de sitios más humildes y recomendados por locales.

Conclusión: Comer en Santorini fue mucho más que llenar el estómago. Fue una forma de conectar con la isla, de entender su ritmo, su identidad. Hubo platos que aún recuerdo con emoción. Y eso, para mí, ya lo dice todo.